
Con la reinstalación de la residencia de Monti-sion en 1879, los jesuitas asumieron un protagonismo de primer orden en todo lo relacionado a la recristianización de la sociedad mallorquina.
Se dedicaron preferentemente a potenciar propuestas de apostolado seglar y a promover iniciativas sociales cristianas.
Ya entonces la implicación de la compañía de Jesus en el terreno social católico era muy conocida.El padre Antoni Vicent se había caracterizado a partir de 1870 como uno de los principales dinamizadores del catolicismo social español y maestro de jóvenes integrantes de la compañía de Jesus. En Palma en 1877 se creó el circulo de obreros Católicos y muy pronto se fundó tambien en Manacor,Llucmajor e Inca. Algunos de los cuales amparados en la compañía de Jesus. Esta línea social iba encaminada a sociabilizar obreros, menestrales y jornaleros de las clases populares, para preservarlos del populismo y el fervor de los ideales reinvindicativos de sindicatos obreros socialistas y anarquistas principalmente.